Dicen que si no arriesgas no puedes ganar. Vale, es cierto, pero tampoco puedes perder. Una parte de mí, la valiente, la positiva, me dice que de el paso, que puedo ganar mucho, más que mucho, puedo ganarle a él. Esa parte me dice que se lo diga, que él ya lo sabe, que no va a pasar nada, que solo puedo recibir una respuesta positiva, porque sí, porque me lo merezco. La mayoría de las personas me dicen que se lo diga, que me va a salir bien. Esa parte me sigue diciendo que me lance. La parte negativa (mayoritaria para mí), es recibir un NO. No creo poder encajar otro golpe, tampoco quiero. Además si fuera verdad lo que me dicen, también me lo podría decir él. Prefiero no decirle nada y poder seguir disfrutando a poquitos de él, a perder todo. Me gusta que me sonría, que me empuje y luego se disculpe, me gusta estar cerca de él, y sé que todo esto podría irse a la mierda por el mero hecho de decir, "te quiero". Me gusta cuando estamos solos, los empujones se van y aparecen palabras agradables, sonrisas y miradas cómplices y entonces yo me paro a pensar. Nos he imaginado miles de veces acariciándonos, besándonos, diciéndonos un sincero te quiero. Pero también me he imaginado todo lo contrario, no poder ser capaz ni de mirarle a la cara.. el tiempo es sabio, dicen.