Sí, creo que todos tenemos un niño dentro. Ese niño que cuando le ofrecen un caramelo, se lanza a por él sin pensarselo dos veces, o el que abre los regalos de reyes con la misma intensidad que cuando tenia 5 años. El que corre hacias el columpio para que no se lo quiten.
Nunca dejes que muera ese niño.
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